Tierra Austral.
En cualquier lugar del mundo, no pedí nacer aquí o allá, solo nací.
Florecí sin ser una planta y me arriesgue a vivir en un tiempo y en un espacio, sin tiempos y con poco espacio.
Reconozco mi país como mi hogar, como mi lugar en el mundo, como mi madre, queriéndome tal y como soy.
Porque sos tan mía Argentina, tan de todos, sos tanto amor, sos el azúcar en el algodón.
Te recogí y me adoptaste, porque ya sos imprescindible, ya estás desmesuradamente lejos en mi. No creo poder ser lejos de ti, no contemplo una mínima idea de alejarme, no podría serte infiel, desleal.
Sigo creciendo, en tu seno, acordonado de tus centenares de historias y anécdotas que atesoras con tanta honra, rebosante de personajes y figuras pintorescas, que pasaron sobre tí, que te pisaron, te comieron, te vivieron y hacia ti, luego fueron a fenecer. Fragmentos de tu historia, de tu vida, que siempre están ahí, latentes, para cada niño endulzado por tus encantos de tierra.
Argentina, sos tan mía como mi ánima.
Te protejo.
Sueño insondable de libertad cosechada, que nos concedes por nacer en ti, de ti.
Tu semblante, armoniosa, tu nombre, de mujer, tus orillas completas.
La brisa te recorre cada apéndice, portando paz, ganas de sentirte, de ver que estas más briosa que nunca, que sos y que tenés ganas de ser mucho y más también.
Porque de ti vengo y hacia ti voy.
Argentina.
21/02/2012
Comentarios
Publicar un comentario