Mientras llovía de noche.

Supongo que se torna ineludible caer en el lazo, en la conexión que se crea, o al menos, que uno crea hacia otra persona, una conexión tramada con los más finos sentimientos de amor, de esperanza y tal vez, de desencuentro, que llevan al corazón y la mente a amar aún en momentos inoportunos.

Ese lazo vital, sabia bruta de los eternos soñadores, cual caballero a su princesa, rescatándola de su honda soledad.

Tal vez amar, por tan consciente e infructuosa resulte, es la clave para dejar de ocultar los mil colores que tiene el alma, el alma enamorada, que solo divaga entre los labios, las manos, las ondas del cabello de la mujer más dulcemente añorada del planeta.

Pero, ¿qué sabemos del amor?. Todo lo que nos dicen sobre el amor, todo lo que asimilamos que es, cuando realmente es el corazón, que nos tumba y nos despierta de un oscuro y lento sueño repleto de ignorancias.

Confío y creo plenamente en el amor, porque sé que él, despertará el corazón de la mujer que amo, para así sentir, como dos personas enamoradas viven y envejecen rodeados de sentimientos cálidos y placenteros.


23/03/2011

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