Porque es ella.

Señorita risueña, figurita delgada, nombre que huele a mil primaveras, soñadora alma que vuela y trepa por los bastos colores de su arcoiris.

Ella es la musa que lleva a las mentes a soñar un mundo de amores, sonidos y cantos, felicidad.

Como la Venus de Milo, despierta corazones, inundándolos de belleza y de risas, como una estrella fugaz, dejando su luz y su aroma en el camino. 

Mi propio ser, que desde el vacío y la soledad la añora en silencio, quiere estar con mi alma enamorada.

Mujer brillante, con ojos que iluminan el mar mas profundo, ojos que guían hasta el alma más perdida, con su mirada te abraza, te enseña, te ama, si, con sus ojos como de miel recién extraída, cómo olvidarlos.

-Estas allá, yo acá, pero no importa la distancia. Seamos como dos pequeños inocentes que imaginan un mundo puramente nuestro, sencillo.-

Y así es como me recibe, con alegría, con su plenitud de adolescente, me quiere, la quiero, peleamos, volvemos a amar.


10/02/2015

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